El equipo Senior de 1ª Dvisión del Grupo ha vuelto a reencontrarse, con 2 "valiosos" empates ante el Honivogel y el Kale Lagunak. Y digo "valiosos" porque es encomiable el espíritu de algunos componentes de la plantilla que no se han dejado llevar en este tramo final de la competición.
El último empate frente al Kale es la enésima muestra de lo que hace falta para afrontar una competición cualquiera: UN EQUIPO. Hemos podido disfrutar este pasado sábado de un señor equipo consciente de sus debilidades y también de sus virtudes:
Un señor equipo que escondió su fragilidad física en un derroche de sapiencia táctica.
Un señor equipo que se sobrepuso a la baja de un jugador clave y determinate.
Un señor equipo que jugó al stick y se dejó la piel en el terreno de juego.
Un señor equipo en el que el sacrificio individual sumó al bien común.
Podríamos seguir enumerando sus aciertos, pero sería una secuencia interminable, y no es el lugar.
Simplemente queremos significar, por último, las ganas e ilusión contagiables de unos crios de treintay...(Kiko Silva y Miguel Rey), los kilómetros recorridos por un señor lateral (Mario Cardenal), el sacrificio inagotable en bien del equipo (Alberto Blanco y Julio Fraga), los muros infranqueables (Ramón Trespalacios y Alex Alas), el tempo, la calidad, el faro en la niebla (Edu González), los frescos movimientos de apoyo (Carlos Martínez), la perpendicular a puerta (Amaro Fonseca), la emoción de un bebé en su primera palabra (Pablo Blanco) y mi sonrisa.
Si has estado presente, guárdalo en tu memoria. Si no lo has visto, lo siento por ti.
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